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“Friendship is like money, easier made than kept.”

Samuel Butler

Dice el dicho que el que encuentra un amigo encuentra un tesoro. Por gastado que suene, es literalmente la verdad.

Recuerdo haber tenido amigos cuando era niño (Uuuuu). Pero mi primer gran amigo fue Benito, a quien conocí en la secundaria. Creo que es ahí en donde la mayoría empezamos a hacer nuestros primeros verdaderos amigos. Aunque a lo largo de nuestra vida luego llegan a surgir algunos más, como un regalo de Dios, como ángeles de Dios muchas veces.

Aún después de toda una vida, con los dedos de una mano los llegas a contar (y por lo general, te sobran). Yo le doy gracias a Dios por los buenos amigos que me ha regalado. Sin ellos no sería lo que soy. Y me sentiría muy agradecido si, a mi edad, siguiera descubriendo uno que otro buen amigo.

Claro que además de estos dos, tres, ¿cuatro? grandes amigos, a lo largo de tu vida vas encontrando también un buen grupo de amigos con los que compartes gustos, ideales, intereses y con los que convives agradablemente. Ellos también son muy importantes para realizarte en un ambiente en el que encuentres el apoyo para ir descubriendo y fortaleciendo tus cualidades y superar algunas pruebas y obstáculos que se te presentarán en ocasiones.

Todos ellos son muy valiosos. Sin ellos no lograrás llegar al final del camino realizando tus mejores metas. ¿Cómo descubrirlos, cómo cultiivarlos y cómo conservarlos?

Sencillo (aunque no muy fácil): siendo tú mismo un buen amigo… siempre, para todos los demás. Porque de entrada tú no sabes qué conocido tuyo es un buen amigo potencial; no, en realidad no lo sabes, deveras. Con jóvenes y viejos, con pobres y ricos, con la gente más diversa puedes llegar a hacer buenos amigos; qué sorpresa fue para mí el descubrirlo (y cómo me ha enriquecido).

Dice otro dicho “ríe y el mundo reirá contigo, llora y llorarás solo”. Tienes también que olvidarte un poco de tus problemas y salir a ayudar a otros con los suyos. Es lo mejor que puedes hacer para ayudarte a ti mismo.

Así que, una vez que encuentres un buen amigo, cultívalo practicando y perfeccionando la regla de oro: “haz a otros lo que quieras que hagan contigo”. Te aseguro que tendrás los mejores amigos del mundo. Claro que hay mucho más qué decir, pero creo que esto es lo esencial, lo demás, la experiencia les ayudará a pulirlo.

“A friend is one who knows us, but loves us anyway”.

Fr. Jerome Cummings

Si algo me gustaría compartir con ustedes es la capacidad, que Dios nos ha dado a todos, de disfrutar intensamente de la vida.

La vida es la más emocionante de las aventuras.

Los momentos de felicidad hay qué disfrutarlos con todos nuestros sentidos, con la mente y el corazón, sin remordimientos de conciencia y con gratitud a Dios, que nos los regala tan generosamente.

Y los momentos de prueba y sufrimiento hay qué enfrentarlos tratando de no soltarnos de Dios, confiando en sus promesas, en que su gracia nos sostiene a través de la prueba, en que nos perdona si caemos y en que nos ayuda a levantarnos para seguir adelante… hasta alcanzar lo que nos hemos propuesto.

Dios quiere que seamos felices haciendo lo que nos gusta hacer (porque El mismo es el que lo ha puesto en nuestro corazón). El nos ha dado los medios para alcanzar nuestras metas y lograr el éxito, no como le ven los demás, sino el éxito que le da paz y gozo a tu corazón y hace felices no sólo a ti, sino también a los que te rodean.

Así que… ¿cuáles son las metas, los sueños de cada uno de ustedes? ¿Crees que Dios los puso en tu corazón para que los hagas realidad? Yo estoy seguro de que sí. Se los puedo decir con seguridad porque yo así lo descubrí en mi propia vida. El Señor realizó los anhelos de mi corazón en mi trabajo, en mi matrimonio, en mi familia (que son todos ustedes y lo más maravilloso que Dios me ha regalado), en mi encuentro y relación con Jesucristo, que me dio una vida nueva y los dones que necesito para vivirla plenamente (I’m still learning, though).

Me gustaría poder platicar con cada uno de ustedes sobre esos sueños de cada uno (en la medida que cada quien se sienta con la confianza para hacerlo). Y luego (si Dios me da la vida) poder ser testigo, junto con ustedes, de cómo el Señor cumple sus promesas de manera personal en la vida de cada uno de ustedes… como lo hizo conmigo.

So… who’d like to talk with me? Como les dije, con todo y todo, la vida es la más emocionante de las aventuras (y nunca termina de darnos sorpresas).