Si algo me gustaría compartir con ustedes es la capacidad, que Dios nos ha dado a todos, de disfrutar intensamente de la vida.
La vida es la más emocionante de las aventuras.
Los momentos de felicidad hay qué disfrutarlos con todos nuestros sentidos, con la mente y el corazón, sin remordimientos de conciencia y con gratitud a Dios, que nos los regala tan generosamente.
Y los momentos de prueba y sufrimiento hay qué enfrentarlos tratando de no soltarnos de Dios, confiando en sus promesas, en que su gracia nos sostiene a través de la prueba, en que nos perdona si caemos y en que nos ayuda a levantarnos para seguir adelante… hasta alcanzar lo que nos hemos propuesto.
Dios quiere que seamos felices haciendo lo que nos gusta hacer (porque El mismo es el que lo ha puesto en nuestro corazón). El nos ha dado los medios para alcanzar nuestras metas y lograr el éxito, no como le ven los demás, sino el éxito que le da paz y gozo a tu corazón y hace felices no sólo a ti, sino también a los que te rodean.
Así que… ¿cuáles son las metas, los sueños de cada uno de ustedes? ¿Crees que Dios los puso en tu corazón para que los hagas realidad? Yo estoy seguro de que sí. Se los puedo decir con seguridad porque yo así lo descubrí en mi propia vida. El Señor realizó los anhelos de mi corazón en mi trabajo, en mi matrimonio, en mi familia (que son todos ustedes y lo más maravilloso que Dios me ha regalado), en mi encuentro y relación con Jesucristo, que me dio una vida nueva y los dones que necesito para vivirla plenamente (I’m still learning, though).
Me gustaría poder platicar con cada uno de ustedes sobre esos sueños de cada uno (en la medida que cada quien se sienta con la confianza para hacerlo). Y luego (si Dios me da la vida) poder ser testigo, junto con ustedes, de cómo el Señor cumple sus promesas de manera personal en la vida de cada uno de ustedes… como lo hizo conmigo.
So… who’d like to talk with me? Como les dije, con todo y todo, la vida es la más emocionante de las aventuras (y nunca termina de darnos sorpresas).